domingo, 22 de abril de 2012

Los juegos del hambre


Varias cosas antes de empezar, la primera de todas ellas que una humilde servidora no ha podido leerse la obra en la que está basada la película, por lo tanto y mal que le pese a alguno, sólo puedo hacer una crítica a ésta, dejando a un lado unos libros que teniendo en gran estima la palabra escrita quiero pensar que son mejores en muchos aspectos.

El ser humano llevado al límite.

Siempre me han gustado las historias en las que las personas se encuentran en un contexto tan extremo como imposible, en el que de pronto tengan que sacar de su interior su verdadero yo. Por lo tanto soy gran fan de Battle Royale y demás ficción relativa al tema.

La historia comienza bien, en un mundo pseudo-futurista alternativo que nos recuerda a EE.UU se ha dividido en trece subestados , los cuales para no continuar con las guerras que se han librado a lo largo de la humanidad, deciden crear unos juegos que contenten a la población y les den sus dosis de sangre y guerra que tanto anhelan (todo televisado como debe de ser), ofreciendo cada estado a un chico y a una chica entre doce y dieciocho años sorteados para que luchen entre ellos hasta que sólo quede uno vivo.

La hermana de la protagonista tiene la mala suerte de salir elegida y ésta para salvarla decide voluntariamente participar en unos juegos en los que vivir es el único premio final.

Yo de mayor quiero escribir así.

He de decir que la idea de los estados divididos por sectores profesionales a lo “Un mundo feliz” me encanta, en los primeros estados “1, 2 y 3” están los más ricos, e incluso preparan a sus hijos para que vayan a los juegos y sean los ganadores, pueden hacerlo, al fin y al cabo preparan una especie de academia militar para ello. Por otro lado los sectores 11 y 12 (éste último lugar de procedencia de nuestra protagonista) son los más pobres, el 11 agricultura (en la película parece ser una especie de cultivos de arroz) y el 12 minería. Espero que esta parte esté mejor desarrollada en las novelas pues es francamente interesante.

Muy buena también es la forma de entrar en la urna del sorteo, simplemente incumpliendo la ley, cada vez que lo haces tu nombre tiene una papeleta más, cuantos más delitos cumplas, más posibilidades tienes de salir elegido.

Todo el aspecto de marketing y los patrocinadores si se hubiera trabajado más es un punto interesante. Como se mueve todo gracias a los porcentajes y a la popularidad como si de un simple “Gran Hermano” fuese, sin tener en consideración de lo que realmente se juega es con la vida de las personas.

¿Homenaje, casualidad o simple plagio?

Fui la primera en quejarme de las similitudes con la anteriormente mencionada “Battle Royale”, pero también fui la primera en intentar ver las cosas desde otra perspectiva. Después de todo, BR sacó las ideas de los libros “El fugitivo” y “La larga marcha” de Stephen King  (por todas las referencias que hay sobre ellos) y éste a su vez sacó sus ideas de “El señor de las moscas”, la originalidad murió amigos. Sin embargo varias son las similitudes con la cinta japonesa y eso no hace más que sacarme una mueca de disgusto. El vídeo del principio feliz mostrando las instrucciones, aquí es cambiado por la felicidad de la “coordinadora” del sector 12 (“Os doy la enhorabuena”), los collares son cambiados por chips, y las zonas de peligro para juntarles más simplemente son creadas sin previo aviso, además de ir anunciando a los muertos a medida que se suceden. No creo que sea una copia, pero si que se tiene que hacer una comparación. Considero que es una especie de BR hecho para americanos, si nos paramos a pensarlo, la propia adaptación del manga en EE.UU estaba la utilización de cámaras. (NUNCA leáis esta traducción para americanos, lo único que os dará será risas, es una auténtica vergüenza).

Vivimos en nuestra burbuja feliz

Toda la crítica que se podía hacer sobre algunos temas queda perdida por culpa de la estúpida moralina Disney que rodea la película. Los planos de violencia son censurados con movimientos de cámara mareantes y desenfocados, con música o sin sonido, intentando que  algo que debería ser desagradable o aterrador sea estúpido. No me creo las muertes, sé que no es bonito ver a niños matándose entre ellos, pero no puedes vender una película de estas características y querer ser para todos los públicos.

Hacia el final de la película, uno de los personajes explica la auténtica verdad, lo horrible de la situación, en un mensaje que sobra del todo ¿de veras tienes que explicar de la boca de uno de ellos una moraleja sobre que lo que está sucediendo es malo? Sobre todo siendo un personaje que no se tendría que plantear eso. Quedaría mucho mejor, que en vez de tomar al espectador por tonto la idea quedase sin ser explicada.

Sobra el largo dramatismo y la lágrima simple. O yo me vuelvo más dura con los años o realmente la moralina Disney de la que hablaba antes se refleja en demasiados momentos de la película. La muerte de uno de los personajes dura más de diez minutos, pero apenas sabemos de él, lo que me hace recordar a Harry Potter enterrando con sus propias manos a Dobby, es decir, se muestra muy duro ante un suceso que debería de ser traumático, mientras que uno que es más predecible cae en un mar de lágrimas debido a que ha salido más tiempo en cámara.

Cerrando que es gerundio

En definitiva, una buena idea muy descafeinada. Una lástima que la censura y la lágrima fácil estén por encima del argumento.


1 comentario:

whianem dijo...

... ¿te puedes creer que estaba esperando que pusieras tu crítica de Los Juegos del Hambre? xDD Me gustan tus opiniones y cómo las das, sobre todo porque en su día me interesé por los libros y ahora no sé muy bien qué hacer con la película. Me ha parecido una muy buena crítica porque valoras tanto lo positivo como lo negativo con mucha neutralidad. Me da rabia lo del rollo Disney: tienes toda la razón. ¿Cómo vender sangre, dolor y sufrimiento para todos los públicos? Por Warner habría sido mejor, seguramente.